Bull Market del oro
El oro es un metal único. El precio de mercado del oro se determina de una manera distinta a como se determina el precio de mercado de otros metales. A diferencia de otros activos en que el precio de mercado se determina con base en la demanda y oferta del metal físico, en el caso del oro, el precio se determina con base en otros factores.
El zinc, el cobre, el estaño, el petróleo, por ejemplo, se usan para construcción, manufactura, transportes, etc. Por ello la demanda por esos activos consume la oferta anual y cada año gran parte del stock de estos commodities debe ser renovado por nueva producción física. Todo lo demás igual: dada la demanda, una menor producción provoca menores inventarios, y esto se refleja en mayores precios de mercado.
Sin embargo, en el caso del oro, al 2016, de acuerdo al World Gold Council, el 45% de la producción anual de oro es consumida en joyas y artefactos tecnológicos. El otro 55% es comprado por inversionistas (bancos centrales, especuladores, ETF, entre otros) como ahorro y atesorado en algún lugar seguro. Eso significa, que este oro ahorrado no es consumido por nadie y en cualquier momento podría sumarse a la producción anual, como oferta, si algunos/todos salieran a vender por diversas razones. Ello puede derrumbar el precio del oro, a pesar de que la demanda física se mantenga y la oferta física no aumente (como ocurrió entre el 2013 y el 2015)
Por ello el precio del oro depende más de factores del mercado financiero que del mercado de oro físico. Un reporte de Kallpa SAB, publicado en agosto del 2015, sobre los fundamentos del oro, concluye que los factores que influyen más en el precio son: (i) la expectativa de inflación futura en Estados Unidos y Europa y el rumbo esperado de las tasas de interés, (ii) crisis geopolíticas, (iii) confianza en las principales monedas como el dólar, el euro, el yen, el yuan, la libra, entre otros, (iv) el precio del petróleo, (v) situación de la economía mundial.
Entre el 2005 y el 2012, el oro subió de US$430 la onza a US$1,675 la onza (290%), y llegó a un pico de US$1,900 en septiembre del 2011. Esto se debió a los problemas económicos que ocurrieron en Estados Unidos en el periodo 2007-2008 y luego en el mundo, en el período 2009-2012, a los mayores problemas que originaron la guerra en el Medio Oriente, como el terrorismo global, y al creciente temor de que los estímulos monetarios masivos fueran a provocar inflación en el futuro. Ello tuvo un efecto sobre inversionistas en todo el mundo, que se volcaron hacia los recién creados exchange traded funds (ETF) de oro, los cuales comenzaron a atesorar oro como activo subyacente de fondos que se vendían a millones de personas. A medida que más especuladores compraban oro, la demanda física se multiplicaba. Hasta el 2000 no era fácil para un inversionista pequeño comprar oro. Hoy, a través de los ETF, es muy fácil.
Luego, en el período 2013-2015, el oro se desplomó 44% desde su pico, hasta llegar a un piso de US$1,061 la onza en diciembre del año pasado. Ello ocurrió debido a la fortaleza del dólar, la confianza en la recuperación de la economía americana, el temor a futuras subidas en la tasas de interés ante el tapering, que implicaba menor posibilidades de inflación futura, entre otros. Es decir, el mercado comenzó a creer que el mundo saldría mejor de lo esperado de la terrible crisis económica financiera del período 2007-2009. Ante la subida de los mercados desarrollados (Estados Unidos, Europa) y el retiro de los estímulos sin inflación, hubo mayor calma y se perdió apetito por oro. Además, tanto en la subida como en la bajada, inversionistas institucionales grandes tomaron posiciones long/short con apalancamiento significativo, lo cual tuvo un efecto multiplicador sobre el mercado del oro, que no es tan liquido como otros activos. Ello provocó, como siempre ocurre en un mercado menos desarrollado y profundo, una sobrerreacción al alza y a la baja.
Pasado el pánico, en el 2016, el oro ha vuelto a subir. El precio de la onza cerró en US$1,065 en el 2015 y hoy está en US$1,330. Es una apreciación de 25%. La mayoría de bancos de inversión, que eran pesimistas sobre el oro a fines del año pasado, están ahora optimistas. DBS Group y Merrill Lynch estiman que en el corto-mediano plazo el precio del oro podría llegar a US$1,500 la onza. Prácticamente todos los bancos de inversión han incrementado sus price targets para el oro para el 2016.
Yo me mantengo optimista. Cuando estuvo en US$1,900 y cuando estuvo en US$1,050, siempre señalé que el precio de largo plazo debe ser entre US$1,250 y US$1,300. Los modelos financieros de Kallpa SAB usan también estos precios de largo plazo, y siempre ha sido así, incluso, cuando el precio del oro llegó a US$1,900.
A pesar de que creo que en el largo plazo el precio debe ser similar al precio de mercado hoy, sostengo que en el corto y mediano plazo (2016-2017) el oro continuará su rally alcista. Estimo que existen varios factores que explicarían esta subida. En general está ocurriendo lo opuesto a lo vivido en el período 2013-2015. Hay mayor riesgo en el mundo y debilidad en la economía global. Entre ellas destaco:
- La demanda física de oro (joyas) sigue creciendo sostenidamente, principalmente por la demanda por joyas en India y China. Ello da cierto soporte a los precios. · La oferta física de oro no se incrementa de manera significativa hace muchos años y no existen nuevos grandes descubrimientos a nivel global.
- El dólar se ve muy débil, ante el lento crecimiento de la economía americana y a diferencia de lo que se esperaba a fines del 2015, parece que la Fed no subirá tasas de interés en lo que resta del año.
- El euro y la libra esterlina están débiles por la decepción que ha resultado la economía de la Unión Europea y ahora con el brexit, esto ha empeorado.
- Los inversionistas ven con poco entusiasmo el crecimiento económico global.
- Los problemas en el Medio Oriente incrementan el riesgo geopolítico de la región.
- El terrorismo global, liderado por el Estado Islámico, incrementa la aversión al riesgo en el mundo.
- El petróleo comienza a subir. · Los principales bancos de inversión y hedge funds se están volviendo bulls en el oro desde hace sólo dos meses. En un mercado poco profundo, las posiciones largas podrían empujar los precios hacia arriba con fuerza como ocurrió hace unos años.
- Las elecciones en Estados Unidos son en noviembre de este año. Las posibilidades de que Donald Trump gane son altas. Un triunfo de Trump eleva el riesgo global tanto en lo económico como en lo político.
En general se están dando todas las condiciones para la subida del oro. Tener exposición a empresas que producen oro o que van a producir oro pronto es buena idea.
Debo enfatizar que obviamente hay un alto riesgo en comprar oro o acciones de empresas ligadas al oro, pues el precio del metal dorado es volátil (como lo he descrito anteriormente) y las variables que influyen en el precio pueden cambiar en cualquier momento. Especular en el mercado de valores, siempre implica un riesgo, y no es para todos.
Pero para aquellos que tienen un portafolio diversificado, tienen tolerancia al riesgo y buscan retornos atractivos; considerar el bull market del oro como una buena alternativa de inversión se vuelve cada vez más atractivo.